Dentro del año, el mes que despierta un especial amor, cariño y reconocimiento al amor maternal es precisamente mayo. Que recordando el amor profundo de la maternidad, aquella que entrega a la vida a toda persona humana, aquella encendida gratitud y cariño especial por la madre que diciendo que sí y entregándose a la vida, nos otorga esa única oportunidad de vivir y compartir este mundo. A la vida misma, a la experiencia de vida. La maternidad humana así es querida, respetada y amada cada uno a la suya en especial; y el universo entero es testigo de la gratitud de los hijos a la maternidad.
Nuestra Madre la Virgen María, la veneramos también con especial cariño durante este mes mariano, porque en ella, y por ella nuestro SEÑOR JESUCRISTO vino a compartir la vida humana. Celebramos el "FIAT VOLUNTAS TUA", el "hagase tu voluntad" ; ese mismo "hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo" que nos enseñara más tarde el mismo Jesucristo. Esa correspondencia a la Gracia, por que Dios respeta la libertad de cada ser humano como lo más preciado de sus criaturas, esa correspondencia al ESPIRITU SANTO de María por la engendró al UNIGENITO DE DIOS, esa correspondencia a la VOLUNTAD DEL PADRE que envió a su Mensajero para decirle que sería la Madre desatándose una coloquio entre María y el Angel, que la Biblia cita breves párrafos pero que sería todo un coloquio que sólo guarda María Santisima en su corazón; nuestra Madre dijo: "cómo será esto si yo no conozco varón"...a lo que le respondió el Ángel: "El Espíritu Santo descenderá sobre tí y te cubrirá...."; después de meditarlo y entregarse al razonamiento humano, turbada dice la Biblia, respondió lo que para los cristianos católicos es todo un HIMNO a la gracia: "FIAT", "HAGASE".
Fiada, confiada, en las manos divinas del Padre, HÁGASE en mí lo que la Voluntad Eterna quiere...DICHOSA TE DIRAN TODA LAS GENERACIONES por corresponder tu pequeña voluntad humana, a la VOLUNTAD DIVINA...
¡Qué ejemplo de nuestra Madre"!, que nos enseña que cuando se corresponde a la Gracia con nuestra pequeña voluntad, a costa de sacrificar nuestras propias humanas decisiones, para que solo seamos instrumentos en las manos de Dios, y dependamos absolutamente de El, muchas cosas de gloria dependen de nuestras manos, de nuestras vidas.
Esa maternidad del Hijo de Dios, del Unigénito de toda la Creación, que estaba en Espíritu y en verdad desde el principio de la Creación y que la ELEGIDA fiel a su Misión, Madre de Jesús hizo que saliendo de la Eternidad (Kyros) compartiera nuestra humanidad en la plenitud de los tiempos (Cronos) es que celebramos en María acogiéndola como Madre nuestra, nuestra Madre en la Fe.
Alcanzo una reflexión que encontre en la pagina web del Opus Dei:
“El Santo Rosario es arma poderosa”
El Santo Rosario es arma poderosa. Empléala con confianza y te maravillarás del resultado. (Camino, 558)
En nuestras relaciones con Nuestra Madre del Cielo hay también esas normas de piedad filial, que son el cauce de nuestro comportamiento habitual con Ella. Muchos cristianos hacen propia la costumbre antigua del escapulario; o han adquirido el hábito de saludar ‑no hace falta la palabra, el pensamiento basta‑ las imágenes de María que hay en todo hogar cristiano o que adornan las calles de tantas ciudades; o viven esa oración maravillosa que es el santo rosario, en el que el alma no se cansa de decir siempre las mismas cosas, como no se cansan los enamorados cuando se quieren, y en el que se aprende a revivir los momentos centrales de la vida del Señor; o acostumbran dedicar a la Señora un día de la semana –precisamente este mismo en que estamos ahora reunidos: el sábado–, ofreciéndole alguna pequeña delicadeza y meditando más especialmente en su maternidad.
Hay muchas otras devociones marianas que no es necesario recordar aquí ahora. No tienen por qué estar incorporadas todas a la vida de cada cristiano ‑crecer en vida sobrenatural es algo muy distinto del mero ir amontonando devociones‑, pero debo afirmar al mismo tiempo que no posee la plenitud de la fe quien no vive alguna de ellas, quien no manifiesta de algún modo su amor a María. (Es Cristo que pasa, 142) [Subir]
http://www.opusdei.org.pe/art.php?p=12212
No hay comentarios:
Publicar un comentario