lunes, 31 de mayo de 2010

AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS



Evangelio según San Marcos 12,13-17.

Le enviaron después a unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones. Ellos fueron y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? ¿Debemos pagarla o no?". Pero él, conociendo su hipocresía, les dijo: "¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario". Cuando se lo mostraron, preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?". Respondieron: "Del César". Entonces Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios". Y ellos quedaron sorprendidos por la respuesta. 

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 



Leer el comentario del Evangelio por : 

San Columbano (563-615), monje, fundador de monasterios 
Instrucción 11, 1-4: PL 80, 250-252 

«¿De quién es esta cara?»


     Hallamos escrito en la ley de Moisés: «Creó Dios al hombre a su imagen y semejanza». (Gn 1,26). Considerad, os lo ruego, la grandeza de esta afirmación; el Dios omnipotente, invisible, incomprensible, inefable, incomparable, al formar al hombre del barro de la tierra, lo ennobleció con la dignidad de su propia imagen. ¿Qué hay de común entre el hombre y Dios, entre el barro y el espíritu? Porque «Dios es espíritu» (Jn 4,24). Es prueba de una gran estimación el que Dios haya dado al hombre la imagen de su eternidad y la semejanza de su propia vida. La grandeza del hombre consiste en su semejanza con Dios, con tal que la conserve...

     Si el alma hace buen uso de las virtudes plantadas en ella, entonces será de verdad semejante a Dios. Él nos enseñó, por medio de sus preceptos, que debemos devolverle frutos de todas las virtudes que sembró en nosotros al crearnos. Y el primero de estos preceptos es amar a Dios con todo nuestro corazón (Dt 6,5) porque «él nos amó primero» (1Jn 4,10), desde el principio y antes que existiéramos. Por tanto, amar a Dios es renovar en nosotros su imagen. Ahora bien, ama a Dios el que guarda sus mandamientos...

     Retornemos, pues, a nuestro Dios y Padre la imagen inviolada de su santidad, porque él es santo y dice: «Sed santos como yo soy santo» (Lv 11,45); con amor porque él es amor, como nos lo dice Juan: «Dios es amor» (1Jn 4,8); con ternura y en verdad, porque Dios es bueno y fiel. No pintemos en nosotros una imagen ajena... Para que no introduzcamos en nosotros ninguna imagen de orgullo, dejemos que Cristo pinte en nosotros su imagen.

domingo, 30 de mayo de 2010

FIESTA DE LA SANTISIMA TRINIDAD



Texto del Evangelio (Jn 16,12-15): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: ‘Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros’».
Comentario: Cardenal Jorge MEJÍA Archivista y Bibliotecario de la S.R.I. (, )
Cuando venga Él,el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa
Hoy celebramos la solemnidad del misterio que está en el centro de nuestra fe, del cual todo procede y al cual todo vuelve. El misterio de la unidad de Dios y, a la vez, de su subsistencia en tres Personas iguales y distintas. Padre, Hijo y Espíritu Santo: la unidad en la comunión y la comunión en la unidad. Conviene que los cristianos, en este gran día, seamos conscientes de que este misterio está presente en nuestras vidas: desde el Bautismo —que recibimos en nombre de la Santísima Trinidad— hasta nuestra participación en la Eucaristía, que se hace para gloria del Padre, por su Hijo Jesucristo, gracias al Espíritu Santo. Y es la señal por la cual nos reconocemos como cristianos: la señal de la Cruz en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

La misión del Hijo, Jesucristo, consiste en la revelación de su Padre, del cual es la imagen perfecta, y en el don del Espíritu, también revelado por el Hijo. La lectura evangélica proclamada hoy nos lo muestra: el Hijo recibe todo del Padre en la perfecta unidad: «Todo lo que tiene el Padre es mío», y el Espíritu recibe lo que Él es, del Padre y del Hijo. Dice Jesús: «Por eso he dicho: ‘Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros’» (Jn 16,15). Y en otro pasaje de este mismo discurso (15,26): «Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí».

Aprendamos de esto la gran y consoladora verdad: la Trinidad Santísima, lejos de ponerse aparte, distante e inaccesible, viene a nosotros, habita en nosotros y nos transforma en interlocutores suyos. Y esto por medio del Espíritu, quien así nos guía hasta la verdad completa (cf. Jn 16,13). La incomparable “dignidad del cristiano”, de la cual habla varias veces san León el Grande, es ésta: poseer en sí el misterio de Dios y, entonces, tener ya, desde esta tierra, la propia “ciudadanía” en el cielo (cf. Flp 3,20), es decir, en el seno de la Trinidad Santísima.

martes, 25 de mayo de 2010

FIESTA DE PENTECOSTES


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Domingo de Pentecostés
Hoy la Iglesia celebra : San Crispin de Viterbo

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San Antonio de Padua : «Y vosotros sois testigos de esto»


Evangelio según San Juan 20,19-23.

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: "¡La paz esté con ustedes!". Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: "¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes". Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: "Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan". 

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 



Leer el comentario del Evangelio por : 

San Antonio de Padua (hacia 1195-1231), franciscano, doctor de la Iglesia 
Sermones para el domingo y las fiestas de los santos 

«Y vosotros sois testigos de esto»


      Pentecostés es la palabra griega que significa «cincuentena». Este día cincuenta que celebraba el pueblo judío, se contaba a partir del día que habían inmolado el cordero pascual; y eso era porque, cincuenta días después de la salida de Egipto, la Ley fue dada sobre la cumbre ardiente del monte Sinaí. De igual manera, en el Nuevo Testamento, cincuenta días después de la Pascua de Cristo, el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles y se les apareció en forma de lenguas de fuego. La Ley fue dada en el monte Sinaí, el Espíritu en el monte Sión; la Ley en la cima del monte, el Espíritu en el Cenáculo.

      «Todos los discípulos estaba juntos el día de Pentecostés. De repente, un ruido del cielo»... Tal como lo dice un  salmo: «el correr de las acequias alegra la ciudad de Dios» (45,5). Un gran ruido acompaña la llegada de aquel que venía a enseñar a los fieles. Fijaos como eso está de acuerdo con lo que leemos en el Éxodo: «Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar» (19,6). El primer día fue la encarnación de Cristo; el segundo día, su Pasión; el tercer día el envío del Espíritu Santo. Llega ese día: se oye el trueno, hay un gran ruido, brillan los relámpagos –los milagros de los apóstoles-; un nube espesa –la compunción del corazón y la penitencia- cubre la montaña, el pueblo de Jerusalén (Hch 2,37-38)...

     «Vieron aparecer unas lenguas como llamaradas de fuego». Unas lenguas, las de la serpiente, de Eva y Adán, habían hecho entrar la muerte en este mundo... Por eso el Espíritu aparece en forma de lenguas, oponiendo lenguas a lenguas, curando a través del fuego el veneno mortal... «Y empezaron a hablar». Este es el signo de la plenitud; el vaso lleno hasta rebosar; el fuego que no se puede contener... Estas diversas lenguas son las diferentes lecciones que nos ha dejado Cristo, como son la humildad, la pobreza, la paciencia, la obediencia. Hablamos estas diversas lenguas cuando damos ejemplo de estas virtudes al prójimo. La palabra es viva cuando hablan las obras. ¡Hagamos hablar a las obras! 

lunes, 17 de mayo de 2010

PARA QUE TODOS SEAN UNO


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EVANGELIO DEL DIA

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


domingo 16 Mayo 2010

La Ascensión del Señor - Solemnidad


Ascensión del Señor - Solemnidad
Hoy la Iglesia celebra : Santa Gianna Beretta

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Concilio Vaticano II: «Que todos sean uno»


Evangelio según San Juan 17,20-26.

No ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno -yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste. Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos". 


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Concilio Vaticano II
Decreto sobre el ecumenismo, 7-8

«Que todos sean uno»


     El verdadero ecumenismo no puede darse sin la conversión interior. En efecto, los deseos de la unidad surgen y maduran de la renovación del alma (Ef 4,23), de la abnegación de sí mismo y de la efusión generosa de la caridad. Recuerden todos los fieles, que tanto mejor promoverán y realizarán la unión de los cristianos, cuanto más se esfuercen en llevar una vida más pura, según el Evangelio. Porque cuanto más se unan en estrecha comunión con el Padre, con el Verbo y con el Espíritu, tanto más íntima y fácilmente podrán acrecentar la mutua hermandad.

     Esta conversión del corazón y santidad de vida, juntamente con las oraciones privadas y públicas por la unidad de los cristianos, han de considerarse como el alma de todo el movimiento ecuménico, y con razón puede llamarse «ecumenismo espiritual».

     Es frecuente entre los católicos concurrir a la oración por la unidad de la Iglesia, que el mismo Salvador dirigió enardecido al Padre en vísperas de su muerte: "Que todos sean uno". En ciertas circunstancias especiales, como sucede cuando se ordenan oraciones "por la unidad", y en las asambleas ecumenistas es lícito, más aún, es de desear que los católicos se unan en la oración con los hermanos separados. Tales preces comunes son un medio muy eficaz para impetrar la gracia de la unidad y la expresión genuina de los vínculos con que están unidos los católicos con los hermanos separados: "Pues donde hay dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20).

domingo, 16 de mayo de 2010

LA HERMOSURA DE LA SANTA PUREZA

“La hermosura de la santa pureza”
fuente: http://www.opusdei.org.pe/art.php?p=18322
No se puede llevar una vida limpia sin la ayuda divina. Dios quiere nuestra humildad, quiere que le pidamos su ayuda, a través de nuestra Madre y Madre suya. Tienes que decir a la Virgen, ahora mismo, en la soledad acompañada de tu corazón, hablando sin ruido de palabras: Madre mía, este pobre corazón mío se rebela algunas veces... Pero si tú me ayudas... –Y te ayudará, para que lo guardes limpio y sigas por el camino a que Dios te ha llamado: la Virgen te facilitará siempre el cumplimiento de la Voluntad de Dios. (Forja, 315)

Hemos de ser lo más limpios que podamos, con respeto al cuerpo, sin miedo, porque el sexo es algo santo y noble –participación en el poder creador de Dios–, hecho para el matrimonio. Y, así, limpios y sin miedo, con vuestra conducta daréis el testimonio de la posibilidad y de la hermosura de la santa pureza. (…)

Cuidad esmeradamente la castidad, y también aquellas otras virtudes que forman su cortejo –la modestia y el pudor–, que resultan como su salvaguarda. No paséis con ligereza por encima de esas normas que son tan eficaces para conservarse dignos de la mirada de Dios: la custodia atenta de los sentidos y del corazón; la valentía –la valentía de ser cobarde– para huir de las ocasiones; la frecuencia de los sacramentos, de modo particular la Confesión sacramental; la sinceridad plena en la dirección espiritual personal; el dolor, la contrición, la reparación después de las faltas. Y todo ungido con una tierna devoción a Nuestra Señora, para que Ella nos obtenga de Dios el don de una vida santa y limpia. (Amigos de Dios, 180)

martes, 11 de mayo de 2010

32 nuevos presbíteros del Opus Dei en el Año Sacerdotal

SOLO EL AMOR SALVA

Opus Dei - Fotografías de Juan María San Millán y Alberto García.
32 nuevos presbíteros del Opus Dei en el Año Sacerdotal
fuente: http://www.opusdei.es/art.php?p=38649
Mons. Javier Echevarría ha conferido esta tarde la ordenación sacerdotal a 32 diáconos de la Prelatura del Opus Dei, procedentes de 14 países. La celebración ha tenido lugar en la basílica romana de San Eugenio y ha sido transmitida en streaming en www.opusdei.org.


Durante la homilía, el obispo consagrante ha recordado que “la divina misericordia deposita grandes tesoros en las manos de los sacerdotes. Con esas manos toman el pan y el cáliz con el vino, que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo”. 

“Con esas mismas manos –ha continuado el prelado del Opus Dei– los sacerdotes imparten el perdón divino en el sacramento de la Reconciliación y ungen a los enfermos con los santos óleos. Con esas manos bendicen las iniciativas apostólicas de sus hermanos en la Iglesia, ofrecen una ayuda fraterna a los necesitados, y expresan su deseo de servir a todos, sin excepciones de ninguna clase”. 

Mons. Echevarría se ha dirigido así a los nuevos presbíteros: “A vosotros, hijos míos que estáis a punto de convertiros en presbíteros, os digo: permaneced siempre muy cerca del Señor por medio de la oración y del sacrificio. Procurad cumplir con amor, cada día, vuestros deberes ministeriales. Frecuentad a Jesucristo, no sólo en el momento de la celebración eucarística, sino a lo largo de toda la jornada. Sed muy devotos de la Virgen, nuestra Madre, y de San José. Imitad el ejemplo de San Josemaría, nuestro queridísimo Padre, y así siempre estaréis bien custodiados en las manos de Jesús”.

El Obispo ha exhortado a los familiares y amigos de los nuevos presbíteros, y a todos los presentes en la celebración a “pedir al Señor que haga verdaderamente santos a éstos y a los demás sacerdotes del mundo entero: acompañémosles de cerca con nuestra oración y con nuestro sacrificio”.

Al concluir la celebración, Mons. Echevarría ha animado a todos a unirse en oración filial por el Papa, por el Cardenal Vicario de Roma y por los Obispos del mundo entero, y ha transmitido la bendición de Benedicto XVI para los 32 ordenandos. [Subir]

AVE MARIA GRATIA PLENA, DOMINUS TECUM

http://groups.msn.com/CRISTOAMIGO60893 Fundado el 6 el Agosto en la Fiesta de la Transfiguración del Señor a la fecha, 15 años después muchos perseveran en ese CAMINO VERDAD Y VIDA. A casi un mes de su celebración esperamos la acogida de todos. Saludos